Podríamos resumir la respuesta a esta pregunta con una sola frase: el Open Banking es el futuro del modelo bancario; sin embargo, suponemos que si nos estás leyendo es porque quieres saber un poco más acerca de este concepto; dos palabras que, seguramente, no paras de escuchar desde hace algunos meses.
Si te decimos que Open Banking es esa aplicación móvil diseñada para la gestión y control de tus gastos y de la que ya no puedes prescindir, quizás las cosas empiecen a sonarte más. Si además te recordamos todos esos anuncios publicitarios sobre apps capaces de sugerirte desde productos financieros totalmente adaptados a tus necesidades a oportunidades de inversión para mejorar tu economía, sabrás exactamente de qué estamos hablando.
Efectivamente, Open Banking es un nuevo ecosistema bancario surgido en el seno de la denominada “banca abierta”, que consiste en la apertura, por parte de bancos y cajas de ahorros, de plataformas y APIs (Application Programming Interfaces) propias a terceros homologados.
Esta apertura posibilita el intercambio de datos financieros de los usuarios de esas entidades con empresas tecnológicas capaces de desarrollar aplicaciones que mejoren la experiencia del cliente; aplicaciones que, tras analizar dichos datos, puedan sugerir, por ejemplo, formas concretas de control de gasto.
El éxito del Open Banking pasa por la seguridad, la protección de datos y la agilidad en un servicio que ha de ser inmediato y transparente.
BBVA, por ejemplo, ha creado una plataforma abierta de APIs, BBVA API Market, que permite a desarrolladores y startups lanzar aplicaciones para hacer la vida más fácil al consumidor, inversor o ahorrador a través de soluciones financieras. Un extenso catálogo que permite, en definitiva, un incremento en el número de servicios y productos gracias a la integración de datos bancarios de los cliente en nuevas aplicaciones tecnológicas, siempre con el permiso de estos, claro está, y el desarrollo de nuevas oportunidades de negocio para nuevas y pequeñas compañías en el campo de la innovación.
Porque en enero de 2018 finalizaba la fecha límite propuesta por el Reino Unido para la aplicación, en el propio país, de la directiva europea PSD2 sobre la apertura de los servicios bancarios, es decir, sobre la obligatoriedad de los bancos a compartir los datos financieros de sus clientes con startups y desarrolladores con licencia a través de APIs abiertas, siempre que el usuario estuviese conforme.
La Comisión Europea pretende, con esta directiva, favorecer la libre competencia en métodos de pago, especialmente aquellos que se dan a través de Internet y de los dispositivos móviles.
El ejemplo británico da luz verde a todo un mundo de posibilidades que, sin duda, aprovecharán las denominadas Fintech así como los famosos gigantes digitales Google, Facebook, Apple y Amazon. El resto de países miembros están obligados a implementar la PSD2 a lo largo de 2018.
La pregunta ahora es si estamos preparados a que empresas tecnológicas ajenas a las entidades bancarias tradicionales accedan a nuestros datos para gestionar nuestras finanzas de la mano de software inteligente.
A menudo, quienes indagan sobre Open Banking tienden a confundir el nuevo ecosistema financiero con Openbank. Sin embargo, poco tienen que ver más allá de la apuesta de ambos por un entorno 100% digital. Openbank es el primer banco 100% digital en operar en nuestro país. Filial del Grupo Santander, Openbank nació en 1995 revolucionando el sector bancario español para reinventarse año tras año mejorando la relación con sus clientes a través de nuevas apuestas tecnológicas.