Gestados en Reino Unido y Alemania, los challenger banks llegan a España con una clara vocación de permanencia y crecimiento. Denominados bancos para millenials por la forma que tienen de entender los servicios financieros y bancarios (de acuerdo a las necesidades y demandas de esa nueva generación), están revolucionando el sector y obligando a las entidades más tradicionales a tomar cartas en el asunto para no perder cuota de mercado ni peso dentro del escenario económico global.
Dentro de nuestras fronteras ya operan N26, Revolut y Ferratum Bank, entre otros, nombres a los que deberíamos acostumbrarnos, pues su apuesta por el mercado español está siendo decisiva.
Primero fue la banca digital: entidades bancarias y cajas de ahorros tradicionales que comenzaban a operar en la red con servicios añadidos pensados para su gestión íntegramente online. Después, las Fintech: financieras tecnológicas que revolucionaban el sector a través de nuevos servicios específicos de asesoramiento financiero, modelos predictivos, gestión de riesgos, miniprestamos y microcréditos rápidos…, todo ello entendido como banca móvil, es decir, diseñada para su gestión desde smartphones, tabletas y portátiles a través de aplicaciones web.
Ahora, el sector da un paso más hacia los challenger banks, bancos 100 % digitales y eminentemente tecnológicos cuyos usuarios han nacido con un móvil entre las manos.
Aunque cada uno presenta sus particularidades, existen ciertas similitudes y características innatas a todos ellos:
– La mayoría de los denominados challenger bank nacen como startups tecnológicas, aunque también los hay aliados a bancos tradicionales, estos últimos se llaman neobanks y sus servicios, a diferencia de los brindados por los primeros, no requieren licencia bancaria.
– Operan de forma exclusiva a través de una aplicación diseñada únicamente para su uso en dispositivos móviles. No disponen, por tanto, de sucursales físicas.
– Destinan grandes esfuerzos y recursos al capítulo de I+D+i con el fin de desarrollar nueva tecnología y productos al servicio de los usuarios.
– Se asientan sobre una estructura de costes ajustada.
– El uso de la aplicación es gratuito, también la apertura de una cuenta corriente y el uso de una tarjeta.
– Los usuarios pagan al banco una cuota mensual por el resto de servicios: seguros, retirada de efectivo en el extranjero, préstamos personales, productos de inversión, hipotecas…
– Acuden a la sencillez, personalización y transparencia de sus servicios, procesos y productos como gran ventaja competitiva frente a los bancos y cajas tradicionales. En definitiva, a una experiencia más positiva para el cliente.
El banco digital N26 cuenta con más de un millón de clientes en Europa y espera superar la barrera de los cinco millones en dos años y la de 100.000 usuarios en España a final de 2018. Revolut, por su parte, espera hacerlo con 250.000 clientes en nuestro país (ahora tiene 90.000 clientes), cifras nada desdeñables y que han puesto en jaque al sector bancario tradicional con la llegada de los challenger banks.