La banca móvil es un fenómeno imparable a nivel internacional, una nueva forma de entender los servicios financieros que ha crecido por encima de las estimaciones previstas por organizaciones y entidades privadas hace tan solo un puñado de años. Más barata, rápida, cómoda, intuitiva y accesible desde cualquier punto del mundo a cualquier hora, la banca móvil penetra en todos y cada uno de los rincones del planeta para acercar los servicios financieros al consumidor, inversor y usuario de internet a pasos agigantados.
En este escenario, España lidera varios rakings, uno de ellos es el europeo en penetración de banca móvil frente al uso de banca online, donde ocupa el quinto puesto; otro, el de la oferta móvil líder a nivel mundial en el ámbito de las funcionalidades.
Y es que, según el último informe elaborado por Ditrendia, Informe Ditrendia: Mobile en España y en el mundo 2018, el 52% de los usuarios españoles accede a sus servicios bancarios desde el móvil, frente a un 62% que lo hace desde el ordenador.
Además, el Estudio sobre Servicios Bancarios en España en el Contexto Europeo, publicado el pasado año por Deloitte, señalaba que la banca española ofrece un mayor número de servicios bancarios a sus clientes a través del móvil y a un precio un 58% menor en relación con la media de los países europeos. De hecho, sitúa a España como el segundo país más barato de Europa, por detrás de Reino Unido.
Mayor organización, control y análisis instantáneo de las finanzas personales, la posibilidad de retirar efectivo sin tarjeta, el intercambio de dinero inmediato de móvil a móvil sin intermediarios o el pago en comercios físicos y electrónicos son algunas de las grandes ventajas que conquistan cada vez a más usuarios en España y en el mundo entero.
Las entidades bancarias tradicionales, las denominadas Fintech y gigantes tecnológicos como Amazon, Facebook, Google o Apple lo saben, por eso han iniciado una carrera sin precedentes hacia el liderato en la prestación de servicios financieros móviles. Facebook anunciaba hace poco el lanzamiento de su propia moneda y Apple, el de su propia tarjeta de crédito.
Y es que, el pago desde el móvil ha crecido exponencialmente en los dos últimos años, tanto que incluso hay quien habla ya de la desaparición del dinero en efectivo. El 83 % de los consumidores españoles ha utilizado alguna vez un mobile wallet, es decir, ha pagado con el móvil en tiendas electrónicas o físicas, liderando de nuevo un ranking, el europeo, donde la media se sitúa en el 68%.
Optimización del servicio, más eficacia y seguridad, mayor satisfacción del cliente…, son algunos de los argumentos esgrimidos por todos esos gigantes del mundo de la banca y la tecnología para convencer al mundo de que la banca móvil no es el futuro, es el presente.
El desarrollo de nuevos canales y productos crece a un ritmo tan vertiginoso como el de los usuarios, una cadencia que intenta secundar también la Unión Europea en la creación de un marco legislativo que garantice la seguridad, a todos los niveles, de la banca móvil y todo lo que conlleva.
Las antiguas instituciones bancarias se acomodan al nuevo escenario a marchas forzadas y las nuevas pisan el acelerador en una carrera hacia la conquista de un mercado que les era ajeno y prácticamente vedado.
Nuevas aplicaciones cada vez más personalizadas, monedas virtuales, sucursales bancarias que cierran en pro de servicios online…, el mundo financiero está viviendo una revolución, ¿sabremos adaptarnos de forma efectiva?